El acceso al agua potable es una de las mayores dificultades que enfrentan las comunidades rurales. La falta de agua repercute directamente en el acceso a una vida digna e influye en la decisión de permanencia o no de las familias en sus territorios. La incorporación de tecnologías socialmente inclusivas es una clave fundamental para solucionar problemáticas complejas como el acceso al agua en comunidades rurales aisladas.

Este problema está muy presente en las pequeñas comunidades de la región semiárida brasileña.  La comunidad de Angical, en el municipio de Paquetá, en el interior de Piauí, solía sufrir mucho con la falta de agua. Con la colaboración de Fundación Avina, AMA Agua Mineral y SISAR PI, se realizaron intervenciones para mejorar la red existente.

Las familias que a menudo tenían que esperar el momento del suministro para llenar sus depósitos ya no tienen este problema. De esta forma, se beneficiaron a más de 300 personas. La gestión es ahora supervisada por la comunidad, que participa en las decisiones necesarias para el mantenimiento y la sostenibilidad del sistema.

Otro caso de gestión comunitaria del recurso se da en San José del Boquerón, en la región del Norte Grande de Argentina, en la provincia de Santiago del Estero. Allí existe una planta potabilizadora compacta, que provee de agua potable a las viviendas que se encuentran a 5km a la redonda. Todos los parajes que exceden ese radio, debían enfrentar diariamente la problemática del acceso al agua segura. Este es el caso de los habitantes de los parajes de La Candelaria, Tacioj, Consuelo y Villa Matoque, ubicados a más de 50km al norte del casco de la comuna.

A partir de esta realidad, se abordó la problemática en el marco de la “mesa de desarrollo”: espacio interinstitucional donde participan organizaciones campesinas y técnicos/referentes de instituciones locales que vienen articulando acciones en la zona, conformando una red de contención socio-técnica que da soporte y sostenibilidad a largo plazo a las acciones impulsadas. Participan de este espacio: la Organización Campesina de Copo, Alberdi y Pellegrini; Asociación de Pequeños Productores de Alberdi; Upsan Villa Matoque; Asociación Civil La Candelaria. Como organizaciones técnicas: Secretaría de Agricultura Familiar (SAF), Fundación Plurales, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la comuna de San José del Boquerón, entre otras.

De manera colectiva, se realizó un diagnóstico de la situación en la zona y los diferentes parajes. Luego, se llegó a la propuesta de la cosecha de agua de lluvia como estrategia para el abordaje de la problemática. Se eligieron cisternas de ferrocemento que tienen la capacidad de acumular hasta 10.000 litros de agua, utilizado como superficie de captación del agua techo de chapas y completando el sistema con una bomba manual de extracción de agua.

Trabajando de manera articulada y comunitaria se logró beneficiar de manera directa en acceso a agua segura a 812 personas e indirectamente a 2000, con un volumen de cosecha de agua de lluvia total de 3.480.000 litros al año.