Pese a que, durante 2021, se registraron algunas novedades positivas, las medidas contra el cambio climático siguieron siendo limitadas. El Acuerdo de Escazú entró en vigor el 22 de abril, pero Cuba y Venezuela seguían sin firmarlo y 12 países aún no lo habían ratificado al concluir el año.

El análisis se desprende del informe anual de Amnistía Internacional. Allí se recorre las vulneraciones de derechos humanos en Argentina que afectan directamente a mujeres y diversidades, víctimas de violencia institucional, pueblos indígenas, personas refugiadas y poblaciones afectadas por la crisis climática, entre otros.

“Los avances realizados en otros países para combatir el cambio climático fueron decepcionantes”, expresa el informe anual de Amnistía Internacional. Al alentar la deforestación y la extracción de recursos naturales en la Amazonía, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, agravó el impacto de la crisis climática en las tierras y territorios de los pueblos indígenas y dejó un legado de destrucción ambiental. Según la ONG Imazon, la Amazonía brasileña presentaba la mayor tasa de deforestación en el mes de agosto de los 10 años anteriores. La deforestación en la Amazonía brasileña afectó en total a más de 13.000 kilómetros cuadrados en 2021, la cifra más alta desde 2006.

Bolivia aprobó normativas que incentivaban la explotación maderera y la quema de bosques. Canadá seguía subvencionando el sector de los combustibles fósiles. Pese a su renovada colaboración con el mundo en materia de cambio climático, el nuevo gobierno estadounidense siguió aprobando proyectos de explotación petrolera en terrenos federales. México, que era el 11º mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo, no presentó nuevos objetivos de reducción de las emisiones en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático.