La Red de Viveros Nativos de Kurarewe Wiñolfe Anumka (“árboles viajeros” en mapuzungún) se prepara para su segunda temporada de reforestación nativa, después de casi un año de funcionamiento con un proceso que incluye la recolección de semillas nativas, el trabajo de familias de viveristas -que reproducen los árboles nativos- y guardianas del bosque -mujeres mapuche y campesinas que facilitan sus terrenos y cuidarán de la reforestación por 20 años- en Curarrehue, Región de la Araucanía, Chile.

La organización surgió pocos meses después del arribo de la pandemia. Varios de sus integrantes componen una red de turismo comunitario mapuche que desde hace años brinda servicios en la zona lacustre. La caída drástica de turistas y una propuesta clave surgida semanas antes del confinamiento por Covid-19 desembocaron en el surgimiento de la red: la construcción de invernaderos familiares y los primeros árboles reforestados.

“Un tour operador de Pucón nos comentó que quería convertirse en una empresa carbono neutral y le interesaba apoyar alguna iniciativa de carácter local. Nos invitaron a presentarles una propuesta para ello ya que algunos de nuestros socios de la red de turismo comunitario de Kurarewe tenían experiencia en viverización de especies nativas”, relató Romà Martí, coordinador de la Red de Viveros Nativos.

Así el grupo dio sus primeros pasos. La crisis de la industria turística frenó la idea inicial del tour operador sobre la carbono neutralidad, pero la invitación les permitió darse cuenta del potencial que había en ellos. La idea de regenerar el bosque siguió adelante y hoy cuentan con 4 invernaderos familiares, mil plantas nativas, los primeros núcleos reforestados de árboles, el diseño de un nuevo modelo de financiamiento y la construcción de las primeras zonas de acondicionamiento está en pleno proceso.

Los integrantes de la red coinciden en que los atributos distintivos de su experiencia son el rol activo de la comunidad local, con una fuerte presencia de la cultura mapuche en el proceso de viverización y reforestación; el trabajo asociativo, vinculado a familias y conocimientos de orígenes diversos; la metodología de reforestación, que permite conservar una diversidad de especies y la escala del proyecto de carácter local, que facilita su réplica en otros territorios.

En este momento del año se realiza la recolección y almacenamiento de semillas. En mayo se inicia la temporada de trasplantar de bandeja a bolsa y la temporada de plantación. Para el final de 2022, Wiñolfe Anumka espera contar con 23 núcleos de árboles nativos reforestados, duplicar la producción de plantas en viveros y aumentar el número de empresas, organizaciones y personas que colaboran con el proyecto por medio de suscripciones o aportes únicos.