La campaña Race to Resilience (Carrera hacia la resiliencia), respaldada por la ONU, lanzó un marco de medición que permite por primera vez a las ciudades, regiones, empresas e inversores medir el progreso de su trabajo en el desarrollo de la resiliencia al cambio climático para los 4.000 millones de personas que corren mayor riesgo hacia 2030.
Race to Resilience fue lanzada a principios de este año y moviliza a los gobiernos locales y al sector privado en torno a los compromisos de aumentar la resiliencia. Más de 2.300 millones de personas, 100 ecosistemas y más de 100 países fueron abarcados hasta ahora por el trabajo realizado por las iniciativas asociadas a la campaña.
Este marco de medición común es la primera herramienta universal para que las ciudades, las regiones, las empresas y los inversores midan y verifiquen de forma transparente el impacto de su trabajo en relación a la resiliencia climática. El marco fue elaborado por la campaña Race to Resilience con el apoyo del Centro de Investigación y Resiliencia Climática de la Universidad de Chile y McKinsey & Company.
“La campaña Race to Resilience ha dado un gran paso adelante en la creación de conocimiento sobre dónde hay mayor necesidad por parte de las comunidades de crear resiliencia a los peligros climáticos. Sin embargo, no nos detenemos ahí: los socios de la campaña han aumentado su nivel de ambición y están llevando a cabo acciones para que las comunidades puedan, no sólo sobrevivir, sino prosperar frente al cambio climático”, dice Nigel Topping, campeón de Acción por el Clima para la COP26. Esta figura se creó en 2015 en la conferencia sobre el clima en París para contribuir con las ambiciones de reducir las emisiones de carbono y aumentar la resiliencia ante el cambio climático.
En relación a la resiliencia climática, esta semana la Alianza EverGreening anunció una nueva inversión de 150 millones de dólares en regeneración agrícola para comunidades rurales en África. También, se puso en marcha un Índice de Resiliencia Global que ayudó a mejorar la forma en que las aseguradoras, los financieros y los inversores miden la resiliencia de los países, las empresas y las cadenas de suministro. Además, se creó una guía, Infrastructure Pathways, que ayudará a los profesionales a construir infraestructuras que se desarrollen de forma tal que se adapten al cambio climático.
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