Desde el 2008, la tendencia de las deportaciones de centroamericanos desde Estados Unidos –y en los últimos años desde México– hacia sus países de origen se incrementó en forma sostenida. En este contexto nació, en 2016, la iniciativa Guate te Incluye, con la que se buscaba diseñar un modelo de inclusión sociolaboral de personas migrantes retornadas.

El modelo desarrollado por Fundación Avina en Guatemala resultó ser una innovación social que causó gran impacto en la forma de colaboración a través de la articulación multisectorial e interinstitucional y se basó en la atención psicosocial, la formación laboral, el reconocimiento de saberes y otros aspectos clave para alcanzar este propósito. Este modelo fue replicado por El Salvador, Costa Rica y Honduras.

El modelo de trabajo de Guate te Incluye demostró que brindar oportunidades y acompañamiento a las poblaciones migrantes los convierte en sujetos sociales y económicos importantes, cuyo potencial, experiencia, cultura y diversidad se constituyen en valiosos aportes para las comunidades que los acogen. Este modelo permite mejorar la calidad de vida de las personas migrantes y refugiadas, sus familias y de las comunidades en las que se insertan, aportando nuevas habilidades y capacidades, así como el intercambio cultural y social que trae la diversidad.

“Los mecanismos de articulación intersectorial demostraron ser la vía de trabajo y colaboración para la creación de redes, espacios y políticas públicas que facilitan la inclusión de personas migrantes y refugiadas en el país de origen o destino. La migración aporta desafíos para su gestión territorial, pero también genera valores económicos, sociales, culturales y de otra índole en aquellas ciudades que los acogen. El derecho a migrar y el derecho a retornar tienen que apoyarse en iniciativas que los hagan efectivos”, dice Cynthia Loría, referente de Fundación Avina.