En el 80% de las búsquedas laborales, en Argentina, se usa la edad como variable principal para filtrar a los candidatos y candidatas. Ese filtro tiende a excluir a todas las personas mayores de 45 años. Eso significa que esta población no puede acceder a muchísimas posibilidades de trabajo, sólo por prejuicios que se asocian al año de su nacimiento.

“El lugar común es asociar la juventud necesariamente con la actualización tecnológica, la flexibilidad y la capacidad para adaptarse a jefes y jefas contemporáneos o más jóvenes, descartando prejuiciosamente estas características en los y las mayores de 45 años”, dice Milagros Abud, coordinadora general en Diagonal, una asociación civil que trabaja en la reinserción laboral de personas de más de 45 años.

Lo cierto es que la expectativa de vida, ha aumentado en el último tiempo entre 20 y 30 años, por lo cual con estos prejuicios se está excluyendo del mundo laboral a personas que aún tienen por delante muchos años de vida laboral productiva, mucho talento y ganas para poner al servicio de una tarea y de los equipos.

Esta situación conlleva un peligro muy grande para las empresas, que están fomentando culturas de trabajo discriminatorias y expulsivas. De esta forma, se pierden de los probados beneficios que brindan los equipos multigeneraciones, que suelen ser más productivos, eficientes y creativos.

“Desde hace más de veinte años, en Diagonal trabajamos para visibilizar esta problemática edadista. Lo hacemos acompañando a las personas +45 a través de programas gratuitos en los que les brindamos herramientas emocionales y técnicas para su reinvención laboral. Y también acompañamos a las empresas a través de talleres en los que buscamos visibilizar estos sesgos etarios y brindamos herramientas para una gestión estratégica de la diversidad etaria en los equipos. En Diagonal creemos firmemente que el talento no tiene edad”, cuenta Abud.