A medida que la industria tecnológica crece globalmente, cada vez menos personas identificadas con el género femenino eligen trayectos profesionales relacionados con áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemática). Estas disciplinas son las que marcan el ritmo de la innovación y el desarrollo en una variedad cada vez mayor de industrias y ámbitos productivos.
La emergencia de nuevas tecnologías articula la necesidad de desarrollar diversos tipos de habilidades para poder acompañar los desafíos y oportunidades del futuro del trabajo. Por ese motivo, la organización de la sociedad civil Chicas en Tecnología (CET) desarrolla propuestas formativas gratuitas destinadas a jóvenes y mujeres de América Latina a través de una currícula integral, dinámica y contextualizada que combina habilidades técnicas-tecnológicas, habilidades blandas y habilidades de impacto. El pensamiento computacional, la resolución de problemas, la comunicación y la empatía forman parte de las cualidades necesarias para desarrollarse dentro del ecosistema tecnológico y ser flexible en un escenario de cambios constantes. Entre las habilidades técnicas que Chicas en Tecnología promueve en sus programas de formación se encuentran la programación, el diseño UX (basado en la experiencia de las personas usuarias) y el pensamiento lógico que permite resolver problemas y utilizar los recursos y la tecnología de forma innovadora. Las habilidades blandas incorporadas a su currícula abordan el liderazgo colaborativo y creativo, la curiosidad como actitud emprendedora, el trabajo en equipo y la capacidad de adaptación, entre otras. Estas habilidades se complementan con otras del orden de lo cognitivo, como la innovación, el pensamiento crítico y la identificación y resolución de problemas.
Los datos obtenidos de los programas regionales de la organización indican que el 66% de las participantes no había realizado cursos sobre tecnología o programación antes de pasar por Chicas en Tecnología. Y, una vez finalizado el programa, el 89% de las participantes está de acuerdo en que la tecnología es buena para ellas y el 96% acuerda que las temáticas abordadas en el programa en relación a la tecnología fueron relevantes para su formación.
“Aprendí muchas cosas nuevas, acabé con los mitos que tenía sobre la tecnología y sobre todo me inspiró; yo nunca me hubiera imaginado estudiar una carrera relacionada a la tecnología, nunca me llamó la atención pero este programa cambió eso”, dijo Erián, una joven peruana tras participar del programa.
Chicas en Tecnología trabaja con un enfoque integral y a largo plazo para que, desde la niñez y adolescencia, las jóvenes sean incentivadas a considerar las disciplinas STEM como una opción para ellas, que puedan elegir trayectos de formación de acuerdo a sus intereses y, una vez en el mercado laboral, que también tengan la oportunidad de ocupar roles de liderazgo y puestos de toma de decisiones. Para eso, genera alianzas con todo el ecosistema, desde el ámbito educativo y sector público a empresas referentes, para generar mayores oportunidades en la región. Desde 2015, más de 11.600 jóvenes de 18 países de América Latina crearon más de 1.100 soluciones tecnológicas con impacto social para dar respuesta a problemáticas identificadas por ellas mismas.