La Asociación de Recicladores de Bogotá (ARB), que reúne a más de 2000 personas, está desarrollando madera plástica para la industria de la construcción. Esta innovación está generando en Bogotá, Colombia, un caso único que tiene como protagonistas a los recicladores de oficio organizados.
Con más de 30 años de experiencia e investigando en el nicho de maderas plásticas, la ARB ha logrado adquirir una capacidad operativa, técnica y empresarial, más allá de la reivindicación del oficio, lo que le permitirá recibir una inversión reembolsable de parte de la Aceleradora de Negocios de Latitud R, una plataforma regional para la articulación de acciones, inversiones y conocimiento en materia de Reciclaje Inclusivo. Los recursos provistos por la aceleradora de negocios serán destinados a la compra de la maquinaria con la que serán fabricadas las formaletas de madera plástica, que tienen medidas y moldes muy específicos.
Luego de una serie de pruebas de laboratorio en alianza con el sector empresarial, la ARB logró desarrollar madera plástica que sustituya a la madera fenólica, igualando el desempeño, manteniendo las medidas estándar, pero incrementando la vida útil del producto, además de evitando el costo de disposición final, ya que, en caso de ruptura, la misma organización se encarga de volver a reciclarla sin costo, comercializando el producto transformado. Esta madera se crea a partir de la valorización de materiales como plásticos flexibles (envoltorios de snakcs) y otros plásticos (bolsas de supermercado, implementos de aseo, tapas de botellas, vasos desechables, etc), que tienen poco mercado de reciclaje.
Durante el primer año, calculan procesar 743 toneladas de material flexible. Además, vale destacar que incluso plásticos retirados del mar o cursos de agua pueden ser parte del proceso.