El desplazamiento forzado o migración forzada es definida por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) como “la realizada por cualquier persona que abandona su país para escapar de la persecución, el conflicto, la represión, los desastres, la degradación ecológica u otras situaciones que ponen en peligro su existencia, su libertad o sus medios de vida”.
En términos generales, al menos siete países en Latinoamérica y el Caribe están experimentando de manera simultánea prácticamente todas las causas que cita la OIM en su concepto de desplazamiento forzado. El impacto de la crisis climática se ha traducido en el deterioro progresivo de la situación alimentaria en amplios sectores de la población, escenario al que se suman las consecuencias socioeconómicas de la pandemia del COVID-19, el impacto de terremotos y huracanes, las diversas crisis políticas y de deterioro democrático, especialmente en Haití, Cuba, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador. La información se desprende del Observatorio Latinoamericano del Desplazamiento Forzado, de OXFAM.
En los países indicados, durante los últimos cinco años se han incrementado vertiginosamente la cantidad de personas que migran irregularmente como única salida para escapar de las múltiples crisis que les afectan. El flujo más importante del desplazamiento forzado en la región se desarrolla en el corredor migratorio que va desde la frontera entre Venezuela y Colombia, pasando por el “tapón del Darién” que se ubica en la frontera entre Panamá y Colombia, continuando por Centroamérica, hasta la frontera sur de Estados Unidos con México.
Las distintas crisis que han afectado la región se agravaron a partir de 2018, siendo su rostro más visible en términos de desplazamiento forzado, el inicio en ese año de las caravanas de centroamericanos que partían de Honduras y El Salvador buscando llegar a EE.UU.; y el incremento de los “caminantes” venezolanos que emprendían su viaje desde la frontera entre Venezuela y Colombia, para trasladarse a países del sur y, recientemente, también hacia el “tapón del Darién” para dirigirse hacia Estados Unidos.
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