El trabajo infantil sigue siendo un problema persistente en el mundo hoy en día. Las últimas estimaciones mundiales indican que 160 millones de niños –63 millones de niñas y 97 millones de niños– se encontraban en situación de trabajo infantil a nivel mundial a principios de 2020, lo que representa casi 1 de cada 10 niños en todo el mundo. Un total de 79 millones de niños –casi la mitad de todos los niños en situación de trabajo infantil– realizaban trabajos peligrosos que ponían directamente en peligro su salud, seguridad y desarrollo moral.

El panorama mundial enmascara los progresos continuos en la lucha contra el trabajo infantil en las regiones de Asia y el Pacífico, y en América Latina y el Caribe. En ambas regiones, el trabajo infantil ha mostrado una tendencia descendente en los últimos cuatro años, tanto en términos porcentuales como absolutos. Este progreso ha resultado difícil de conseguir en África Subsahariana.  En esta región, tanto el número como el porcentaje de niños en situación de trabajo infantil se han incrementado desde 2012. En la actualidad, hay más niños en situación de trabajo infantil en África Subsahariana que en el resto del mundo. Los objetivos mundiales en la lucha contra el trabajo infantil no se alcanzarán si no se logra un avance en esta región.

Los nuevos análisis indican que otros 8,9 millones de niños estarán en situación de trabajo infantil a finales de 2022 como consecuencia de la creciente pobreza impulsada por la pandemia. En los casos en que se permite que se pase por alto la cobertura de protección social, el trabajo infantil podría aumentar mucho más de aquí a finales de 2022. En cambio, un incremento de la cobertura de protección social podría compensar con creces el impacto de la COVID-19 sobre el trabajo infantil, por lo que volveríamos a progresar en nuestro empeño por poner fin a esta práctica.

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