Las economías de América Latina y el Caribe enfrentan una coyuntura compleja en el 2022 debido al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que abrió una nueva fuente de incertidumbre para la economía mundial y está afectando negativamente el crecimiento global, estimado en 3,3%, un punto porcentual menos de lo que se proyectaba antes del inicio de las hostilidades. En el ámbito regional, el menor crecimiento esperado se verá acompañado por una mayor inflación y una lenta recuperación del empleo. Este diagnóstico surge del informe “Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?”, realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El aumento de la volatilidad financiera y la aversión global al riesgo como resultado de la guerra ha perjudicado los flujos de capital hacia los mercados emergentes. Esta tendencia podría acentuarse en los próximos meses si persisten las presiones inflacionarias en las economías desarrolladas y sus bancos centrales profundizan las políticas monetarias contractivas, incluidas alzas de las tasas de interés de política monetaria y la reversión de los estímulos monetarios (compra de activos).

Las políticas monetarias más restrictivas afectarán de forma negativa a los países altamente endeudados de la región, pues limitarán su acceso al financiamiento para renovar deuda anterior o incrementarla en términos netos.

Después de la expansión económica observada en 2021, CEPAL anticipaba una desaceleración del crecimiento de la economía de la región, que pasaría de un 6,3% en 2021 a no más de un 2,1% en 2022. Se retornaría así al patrón de muy lento crecimiento prevaleciente entre 2014 y 2019. Sin embargo, dadas las repercusiones de la guerra, la tendencia anticipada se ha acentuado, lo que ha llevado a una revisión a la baja de las estimaciones. A comienzos de mayo de 2022, se preveía para la región un crecimiento anual promedio del 1,8%.

En cuanto a los países, las estimaciones apuntan a que los de mayor dinamismo en América del Sur serían Venezuela, con un 5,0%, Colombia, con un 4,8%, y el Uruguay, con un 3,9%. En Centroamérica, las economías más dinámicas serían las de Panamá, con un crecimiento del 6,3%, la República Dominicana, con un 5,3%, y Guatemala, con un 4,2%. Entre las economías del Caribe de habla inglesa o neerlandesa, las de mayor crecimiento serían Guyana (49,0%), Santa Lucía (10,5%) y las Bahamas (8,5%).