La percepción común de las comunidades indígenas es que el cambio climático está ligado a la deforestación y que el clima ya no es predecible. Esta conclusión se obtiene a partir de un informe realizado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, por la institución Apoyo para el Campesino Indígena del Oriente Boliviano (APCOB) y Fundación Avina.
Los pueblos indígenas de comunidades que residen en zonas ecológicamente frágiles de la ciudad de Santa Cruz, se ven afectados por la contaminación de los suelos, agua y aire. Es el caso de la comunidad guaraní de Villa Paraíso, próxima al antiguo vertedero de basura municipal, en la cual sus pobladores perciben el incremento de la temperatura y aumento de lluvias como efectos del cambio climático que afectan su frágil calidad de vida, al exacerbar las condiciones de contaminación del ambiente insalubre donde habitan. Perciben un incremento de las emanaciones de los basurales por el calor y mayor anegamiento de su viviendas y área de viviendas producto de intensas lluvias. Éstos generan malestar y enfermedades en su población.
Las comunidades ayoreas Garay y Degüi también asentadas en zonas ecológicamente frágiles de la ciudad, indican que uno de los problemas graves de su asentamiento urbano son las inundaciones que anegan sus viviendas y área comunes, poniendo en peligro la salud principalmente de los infantes. El incremento de la temperatura afecta directamente a su población que vive en viviendas de techos bajos y de calamina. Para quienes permanecen en sus viviendas durante el calor intenso, les resulta insoportable. Han sufrido también el impacto de vientos huracanados que hicieron volar los techos de varias viviendas. En términos de su economía, relacionan los efectos del cambio climático con los incendios forestales en sus comunidades de origen, los cuales a su vez estarían generando un mayor flujo de población migrante hacia los centros urbanos. Perciben que las oportunidades de trabajo de los varones en la ciudad, se han visto afectadas. Las épocas de lluvia en la ciudad, en las que tenían más trabajo, se habrían acortado. En el oficio de jardinería, identifican menos demanda y mayor oferta por la presencia de sus parientes migrantes que compiten con los residentes en la ciudad.