En América Latina y el Caribe el déficit de vivienda afecta casi al 40% de la población total. Aproximadamente el 6% de los hogares tienen un piso con material predominante de tierra, causando graves afectaciones a la salud de las personas que habitan en ellos, especialmente la de los niños y adultos mayores. Los pisos de tierra se caracterizan por ser focos de infección en los hogares ya que albergan parásitos, bacterias e insectos que causan: diarreas, enfermedades respiratorias, anemia, inmunodeficiencia, malnutrición, enfermedad de Chagas, erupciones en la piel. Los niños son la población más vulnerable ya que gatean, juegan y caminan al estar en constante contacto con la tierra.
Un estudio del Banco Mundial y la Universidad de Berkeley, que analizó datos de la mejora en la salud de familias tras la sustitución de pisos de tierra por concreto en México, demostró en los niños: una reducción en un 70% en las infecciones parasitarias, 49% en diarreas y 81% en anemias, además de favorecer el desarrollo cognitivo de un 36% al 96%. En los adultos hubo un aumento del 59% en la satisfacción de la vivienda, menor depresión en un 52 % y menor estrés en un 45%.
La organización internacional Hábitat para la Humanidad y la Federación Interamericana de Cemento, que nuclea a las empresas productoras, institutos y asociaciones de cemento en América Latina, El Caribe, España y Portugal, se unieron para llevar adelante la iniciativa “100 mil pisos para jugar”. La misma forma parte del programa Pisos S³ de FICEM y tiene como objetivo reemplazar 100 mil pisos de tierra por concreto en viviendas vulnerables en América Latina y el Caribe, en un plazo de cinco años (al 2028).
Los objetivos de 100 mil pisos para jugar son:
- Desarrollar e implementar un modelo sostenible regional para sustituir los pisos de tierra por pisos de concreto, con el fin de disminuir el déficit habitacional en la región.
- Contribuir a la disminución de enfermedades gastrointestinales y respiratorias de las familias, así como mejorar el crecimiento y desarrollo cognitivo de los niños.
- Generar capacidades técnicas en mano de obra local y fomentar habilidades en las familias.
Además, para generar un entorno digno, seguro y saludable para el desarrollo sostenible e inclusivo de las familias, se complementará con soluciones para mejorar el acceso al agua, y/o cocinas mejoradas, entre otros, según las necesidades de cada vivienda.
Se van a priorizar hogares con mujeres cabeza de familia y con niños menores de 6 años, adultos mayores, o con personas con alguna discapacidad. La iniciativa se encuentra en etapa inicial en búsqueda de alianzas en México, República Dominicana y Centroamérica para empezar a implementar.
En 2021 se realizó una prueba piloto en Guatemala. Gracias al trabajo en alianza entre Cementos Progreso, FICEM, Hábitat Guatemala, el Instituto del Cemento y del Concreto de Guatemala, y la Red de Empresarios Indígenas. Se concentró en la construcción de un total de 1.080 m2 de pisos de concreto para 32 familias de cinco comunidades indígenas del municipio de San Juan Sacatepéquez. De manera integral al cambio del piso, se incluyó también la distribución de filtros purificadores de agua y se realizaron capacitaciones relacionadas con hogares saludables, manejo del filtro y uso y mantenimiento del piso, a las familias beneficiadas.
“Antes la casa se mojaba tanto, que mi nena se enfermaba mucho. Le daba mucha diarrea y bastante tos. Se enfermaba entre cada 10 días y cada 15 días. Ahora con el piso de concreto, casi no se enferma”, cuenta Silvia, miembro de una de las 32 familias de San Juan Sacatepéquez.