Desde la adopción del Acuerdo de París en 2015, numerosos países, gobiernos subnacionales y actores no estatales presentaron compromisos de “carbono neutralidad”, una tendencia que sin duda seguirá creciendo en los próximos años. Al mismo tiempo, el aumento de estos compromisos está acompañado por la proliferación de los mercados de carbono y de las iniciativas de compensación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Sin embargo, la fragmentación y complejidad de los sistemas de comercio de emisiones dificultan mucho su seguimiento, regulación y monitoreo por parte de la sociedad civil. Fundación Ambiente y Recursos Naturales realizó un documento para comprender mejor de qué se tratan los mercados de carbono.
Los mercados de carbono son sistemas en donde gobiernos, empresas e individuos pueden comprar y vender unidades (créditos), ya sea para respaldar las emisiones de GEI o bien para compensarlas. Se plantean como instrumentos para abordar la actual crisis climática, desencadenada por la acumulación de GEI en la atmósfera.
Por lo general, cuando se habla de GEI se hace referencia al dióxido de carbono (CO2) ya que es el gas contaminante más emitido por las actividades humanas, principalmente a partir de la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) y también como consecuencia de la deforestación.
Estos mecanismos de mercado surgen con la intención de generar incentivos para reducir las emisiones en los lugares donde es más rentable, y así reducir los costos globales de la mitigación. No obstante, hay cuestionamientos y controversias serios sobre la eficacia de los mercados de carbono para contribuir a limitar el calentamiento global.
Los compromisos de carbono neutralidad adquiridos por un país o por una empresa hacen referencia a alcanzar un balance entre los GEI que entran y salen de la atmósfera, es decir, una suma neta de emisiones igual a cero. Estos compromisos comenzaron a surgir a partir del Acuerdo de París, que plantea que para evitar las peores consecuencias del cambio climático será necesario alcanzar un equilibrio entre las emisiones humanas en las fuentes y la absorción por los sumideros de GEI para mediados de este siglo. Esto supone, en primer lugar, reducir y evitar tantas emisiones como sea posible y, en última instancia, compensar solo aquellas emisiones que sean inevitables o más difíciles de eliminar.
Para alcanzar la carbono neutralidad, hoy se usan 3 estrategias:
- Evitar y reducir emisiones: reemplazar energía fósil por fuentes renovables, eficiencia energética, frenar deforestación, etc.
- Secuestrar CO2 de la atmósfera: Restauración de ecosistemas naturales, reforestación, tecnologías de captura y almacenamiento de carbono
- Compensar emisiones: Financiar la reducción de emisiones en otro lugar para “cancelar” las propias
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