En Paraguay más de un millón trescientas mil mujeres viven en el ámbito rural, muchas de ellas son productoras de alimentos sanos y resisten al avance del agronegocio protegiendo el territorio organizadamente.
El libro “Mujeres y Agronegocios” recoge diferentes testimonios de dirigentes y mujeres rurales que dan cuenta del rol fundamental de las mujeres en la resistencia al avance del modelo sojero, esta resistencia se da produciendo de forma sana y diversa; así como organizándose para luchar por la tierra. Al mismo tiempo, la promoción y transmisión de los saberes tradicionales y de la gastronomía popular es otra forma de construir identidad y soberanía alimentaria que descansa fundamentalmente sobre las mujeres rurales.
Cerca del 28% de los hogares rurales tienen jefatura femenina, más de la mitad de las mujeres campesinas realizan trabajos agrícolas de autoconsumo. La pobreza golpea principalmente a las mujeres ya que de los hogares rurales con jefaturas femeninas un 55% viven en la pobreza y un 35% en la indigencia, esto demuestra la falta y la necesidad de políticas públicas dirigidas a las mujeres campesinas que contribuyan a combatir la pobreza.
En uno de los testimonios recogidos por “Mujeres y Agronegocios” Teodolina Villalba, dirigente campesina señala: “Muchas mujeres asumen esta lucha ya que nosotras vemos y sentimos más, si se pierde nuestra producción sabemos que puede faltar para la cocina, aparte la cuestión de la salud afecta más a las mujeres, por ejemplo, los abortos, y según los doctores ahora hay más casos de cáncer”. Ella hace referencia al uso intensivo de agroquímicos que se extiende por todo el territorio.
“De acuerdo con los datos del Indert (anteriormente Instituto de Bienestar Rural), entre 1940 y 2008 las mujeres apenas recibieron el 13,6% de las tierras fiscales adjudicadas a familias campesinas mientras que los hombres recibieron el 83,3%. En cuanto a los títulos otorgados, las mujeres recibieron el 17,8% respecto al 82,1% que recibieron los hombres”, señala el informe Kuña ha Yvy, de la ONG Oxfam. Así también indica un porcentaje ínfimo de mujeres rurales recibieron asistencia técnica y crediticia por parte del Estado.
En este sentido es importante resaltar la experiencia de mujeres organizadas que en diferentes territorios promueven la soberanía alimentaria y luchan en defensa de sus derechos produciendo y construyendo mercados locales. Las ferias campesinas construidas principalmente por mujeres son un espacio de intercambio de saberes, experiencias y de valoración del trabajo de la mujer campesina.