El 75% de los emprendedores de la Ciudad de Buenos Aires tiene entre 25 y 45 años, el 95% alcanzó el nivel universitario o de posgrado y el 91% tiene experiencia laboral previa como trabajador en relación de dependencia o en otro emprendimiento. Estos datos se desprenden de una investigación realizada por Brenda Margulis, magister en Economía y Desarrollo Territorial. El estudio fue apoyado por la Universidad de Cádiz y el Banco Santander España.
El 73,7% de los emprendedores afirmó que la principal barrera fue la falta de financiamiento, falta de rentabilidad o la alta presión impositiva. En este sentido desde el emprendimiento Vint explican: “Es muy complejo ser emprendedor de triple impacto, las condiciones en Argentina no ayudan al emprendedor. Para que el impacto sea real (en la salud, en el ambiente y a nivel económico), necesitamos un volumen que cuesta construir si no se recibe el apoyo financiero, de comunicación, y hasta legal necesario, y en ese sentido las comunidades de emprendedores y los programas en los que hemos participado han sido claves”.
El 98,3% afirmó buscar generar impacto social, pero sólo el 33,9% afirmó haberlo medido y de ellos el 60% lo hizo con métricas propias.
Los cuatro beneficios fundamentales mayormente seleccionados fueron: conocer y ponerse en contacto con otros emprendedores, tener un mentor para el emprendimiento, acceder a recursos financieros y formar constantemente parte del ecosistema emprendedor.
“fortalecer a los emprendedores de triple impacto significa fortalecer a agentes estratégicos dentro del territorio, que permiten impulsar un desarrollo socialmente responsable y ambientalmente sostenible”, expresa Margulis.