Actualmente, el mundo pierde entre 280.000 y 311.000 millones de dólares al año debido a que los trabajadores se esfuerzan en condiciones de calor y humedad. Si el mundo se calienta 2°C más que ahora (unos 3°C por encima de los niveles preindustriales) esas pérdidas aumentarían a 1,6 billones de dólares. En muchos lugares, los trabajos críticos, como las labores agrícolas y la construcción, serán casi imposibles de realizar con seguridad durante las horas de la tarde en verano.
Cada grado adicional de calentamiento global provocará pérdidas de trabajo cada vez mayores, y el traslado de las labores pesadas a las horas más frescas del día será menos eficaz a medida que el mundo se caliente. Estas son las principales conclusiones de un artículo publicado hoy en la revista Nature Communications y difundido por la organización Periodistas por el Planeta.
Según el estudio, India, China, Pakistán e Indonesia, países en los que una mayor parte de la población trabaja al aire libre, experimentarán las mayores pérdidas en general, pero 14 países menos poblados podrían experimentar mayores pérdidas per cápita. Se trata de: Bangladesh, Tailandia, Gambia, Senegal, Camboya, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Qatar, Brunei Darussalam, Ghana, Togo, Benín, Sri Lanka y Nauru.
Este es el primer estudio a escala mundial que evalúa la eficacia de trasladar el trabajo pesado a las horas más frescas del día como adaptación al cambio climático. En la actualidad, trasladar el trabajo fuera de las tres horas más calurosas del día puede recuperar alrededor del 30% de las pérdidas de productividad. Sin embargo, esto puede causar otros problemas, por ejemplo, debido a la falta de sueño durante el tiempo cada vez más caluroso y húmedo.
“Muchos trabajadores ya dejan de trabajar por la tarde porque hace demasiado calor. Pensaba que las primeras horas de la mañana seguirían siendo lo suficientemente frescas como para trabajar cómodamente, pero me sorprendió la rapidez con la que incluso las horas más frescas del día se vuelven demasiado calurosas para trabajar de forma continuada”, dice Luke Parsons, de la Universidad de Duke.