Desde 2013, la FAO en conjunto con el gobierno de Brasil y otros siete países socios (Argentina, Bolivia, Ecuador, Colombia, Haití, Paraguay y Perú) está trabajando con el sector algodonero, una de las principales actividades económicas con impulso local. Allí, las mujeres tienen un rol importante en el proceso. Pese a eso, se encuentran en desventaja y expuestas a una mayor vulneración.
Los principales desafíos que enfrentan las mujeres rurales son el acceso a la tierra, a los insumos, al agua, a las semillas, a tecnologías y a la asistencia técnica. Por ejemplo, dentro del sector se observa que ellas tienen un bajo porcentaje de responsabilidad y decisión sobre la finca. Además de la falta de autoridad para tomar decisiones claves, se suma la falta de reconocimiento del trabajo realizado, que muchas veces es considerado como una “ayuda”.
El proyecto +Algodón, que reúne esfuerzos entre distintos actores e instituciones, persigue que se garantice la producción sostenible, que las economías locales puedan mejorar y que se potencie el reconocimiento de las mujeres trabajadoras. Esto se logra a través de la participación de mujeres en espacios asociativos, la promoción del diálogo y el intercambio de experiencias entre trabajadoras de distintos países.
Según la FAO, las mujeres rurales son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos y representan el 43% de la mano de obra en el campo en todo el mundo. “Ellas son centrales para lograr los cambios sociales, económicos y climáticos. Son claves para caminar hacia un desarrollo sostenible”, dice Lívia Salles, gerente de proyectos de ONU Mujeres Brasil.
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