Perú es uno de los países más vulnerables a la crisis climática. Según diversos estudios, al 2030 el 58% de la población peruana vivirá en zonas con escasez de agua, y al 2050 alrededor de 1,5 millón personas en el sur de la Amazonía peruana serán afectadas por el cambio climático. Más aún, las barreras de diálogo hacen difícil llegar a soluciones frente a estos problemas: cerca de 200 conflictos sociales se registran al mes en el país, siendo la conflictividad socioambiental la más recurrente, según la Defensoría del Pueblo.

Frente a esta desafiante realidad de cambio climático, crisis del agua y conflictividad social, el monitoreo ambiental es más importante que nunca. En el Perú, los Comités de Monitoreo y Vigilancia Ambiental Participativos tienen la misión de vigilar el ambiente y su territorio frente a posibles impactos de la actividad minera y petrolera, contribuyendo a la comunicación y la toma de decisiones de la comunidad.

A pesar de su valiosa labor, no reciben reconocimiento ni incentivos por parte de las autoridades tal como expresó el 83% de comités en una encuesta del 2016. En contraste, el 68% indicó que los resultados de los monitoreos ambientales son tomados en cuenta por las autoridades. Sumado a esto, el monitoreo ambiental enfrenta el reto de generar un espacio de articulación.

Recientemente, se llevó a cabo el 4to Encuentro Nacional de Comités de Monitoreo y Vigilancia Ambiental Participativos, en la ciudad de Arequipa, donde se impulsó la creación de la primera Red Nacional de Comités de Monitoreo y Vigilancia Ambiental Participativos. La articulación permitirá una mayor cohesión entre estas iniciativas con el fin de construir una agenda nacional, lograr políticas de reconocimiento para su labor, optimizar la vigilancia de los recursos naturales e integrarse a sistemas de alerta temprana.

El encuentro fue impulsado por el PNUD en estrecha coordinación con un comité técnico de carácter multiactor integrado por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el Grupo de Diálogo, Minería y Desarrollo Sostenible, Catalyste+, el Centro Bartolomé de las Casas, Futuro Sostenible, Compañía Minera Antamina y el Comité de Monitoreo, Vigilancia y Fiscalización Ambiental de Huarmey. “Necesitamos de este tipo de articulación que nos permita escuchar las voces de todos y todas para afrontar desafíos ambientales”, expresó Bettina Woll, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).