Hay más de un centenar de pueblos indígenas no contactados en todo el planeta. Poblaciones enteras están siendo exterminadas por la violencia que ejercen los invasores que les arrebatan sus tierras y sus recursos, y por enfermedades que estos propagan, como la gripe y el sarampión, frente a las que no tienen inmunidad.

Madereros, mineros, grandes terratenientes agroganaderos o peligrosos planes de “desarrollo” amenazan sus tierras, y con ellas sus posibilidades de supervivencia.

Hasta el 25 de junio, Survival International celebra la Semana de los Pueblos Indígenas No Contactados, unas jornadas de movilización mundial por los derechos de los pueblos más vulnerables del mundo. Entre los casos más urgentes que Survival destaca esta semana están:

– Los hongana manyawas, Indonesia: son uno de los últimos pueblos indígenas nómadas de cazadores-recolectores de Indonesia. Entre 300 y 500 han elegido vivir sin contacto en la selva sagrada de sus antepasados. Actualmente un proyecto de extracción de níquel a gran escala para baterías de coches eléctricos amenaza con exterminarlos por completo.

– Pueblos indígenas no contactados de Perú: entre las fronteras de Perú, Brasil y Bolivia se encuentra la Frontera amazónica de los no contactados, hogar de más pueblos indígenas aislados que en ningún otro lugar del planeta.

– Los kawahivas, Brasil: son un pequeño grupo no contactado de la Amazonia brasileña. Sus tierras, situadas en el estado de Mato Grosso, han sido invadidas repetidamente por madereros, agroganaderos y acaparadores de tierras que han asesinado a muchos miembros de este pueblo indígena, y propagado enfermedades mortales para ellos. Su futuro depende del reconocimiento oficial de sus tierras.

– Los shompen, India: son uno de los pueblos indígenas más aislados de la Tierra. Viven en la isla de Gran Nicobar, en la India, y la mayoría rechaza cualquier tipo de contacto con foráneos.

Caroline Pearce, directora internacional de Survival, declaró: “Ninguna otra organización desarrolla este trabajo a nivel mundial, y nuestra enérgica campaña en defensa de los derechos de los pueblos indígenas no contactados es absolutamente crucial: para los pueblos indígenas más vulnerables realmente puede marcar la diferencia entre la prosperidad o el genocidio”.