La industria textil ha sido durante mucho tiempo una de las principales fuentes de contaminación ambiental en todo el mundo, generando toneladas de desechos textiles que terminan en vertederos y cuerpos de agua. En este contexto, surge Hilanda, una iniciativa con un propósito claro: generar oportunidades de trabajo digno a partir de la recuperación y valorización de los descartes textiles, con el objetivo de reducir el impacto negativo de la industria en el medio ambiente.

Hilanda no solo se enfoca en la recuperación de materiales textiles, sino que también busca generar un impacto real a través de la capacitación. Impulsan ecosistemas de circularidad textil mediante programas de capacitación y fortalecimiento para emprendedores y organizaciones de la sociedad civil. Estas capacitaciones incluyen la enseñanza de técnicas para diseñar, desarrollar y fabricar productos textiles a partir de los descartes recuperados, así como formación en modelos de negocio e innovación tecnológica.

Hilanda nació en Argentina y opera en varias provincias de este país. La organización tiene ambiciones más amplias en América Latina. Su objetivo es expandirse a otros países de la región, llevando consigo su enfoque en la sustentabilidad y la generación de oportunidades.

Los logros de Hilanda hasta la fecha son notables. Uno de sus hitos más importantes fue ser seleccionada en el Desafío de Ciudades Resilientes en 2020, lo que les permitió llegar a mujeres desempleadas y en situaciones vulnerables en la ciudad de Córdoba. Además, participaron en la creación del primer Centro Verde de recuperación de textiles en Argentina, un espacio de 1000 metros cuadrados que ha impulsado el ecosistema de circularidad en la Ciudad de Córdoba. En este centro, han realizado numerosas jornadas de capacitación, reuniendo a cientos de personas interesadas en aprender sobre producción textil sustentable.

Sin embargo, el camino de Hilanda no ha estado libre de obstáculos. Uno de los principales desafíos es la falta de conciencia en algunas comunidades sobre los problemas ambientales asociados con los textiles desechados. La invisibilidad de esta problemática dificulta la implementación de soluciones efectivas. Además, la educación y la cultura desempeñan un papel crucial, ya que muchos diseñadores textiles no consideran el destino de los desechos en su proceso creativo. Hilanda aboga por la necesidad de incorporar la sustentabilidad en todos los niveles educativos y promover un mayor compromiso con prácticas sostenibles y decisiones de consumo responsables.