Más de 600 millones de mujeres y niñas vivían en países afectados por conflictos en 2022, un aumento del 50% desde 2017, de acuerdo con un informe de ONU. Los civiles de todo el mundo necesitan más ayuda humanitaria que nunca, pero los países están aumentando el gasto militar, que superó los 2,2 billones de dólares en 2022.
“Estas tendencias negativas están haciendo retroceder tanto la igualdad de género como la paz mundial. Sin embargo, este terrible panorama no es inevitable. Podemos revertirlo invirtiendo en organizaciones de mujeres en situaciones de crisis; aumentar la participación significativa de las mujeres en los procesos de mediación y paz; promover la paridad en los procesos políticos y electorales; y el uso de herramientas de rendición de cuentas para fortalecer la protección de las mujeres en los países afectados por conflictos”, dijo la Sra. Sarah Hendriks, Directora Ejecutiva Adjunta interina de ONU Mujeres.
El informe pone de relieve la situación humanitaria de seguridad mundial, que se ha vuelto más sombría, con un impacto dispar en las mujeres y las niñas. En Afganistán, por ejemplo, los talibanes han emitido más de 50 edictos para suprimir los derechos de las mujeres y las niñas; y cuando estallaron los combates a principios de este año en Sudán, la violencia sexual generalizada volvió a Darfur, lo que recuerda al conflicto en la región hace dos décadas. Además, en el informe se muestra la disminución de la participación de las mujeres en la adopción de decisiones sobre la paz y la seguridad en varios países. Entre 2020 y 2022, los episodios de violencia política contra las mujeres aumentaron un 50% en los países afectados por conflictos.
Una recomendación clave presentada en el informe es que al menos un tercio de todos los participantes en los procesos de mediación y paz sean mujeres, pero la realidad muestra que las mujeres siguen siendo marginadas de las negociaciones principales. Si bien las mujeres participaron en el 80 por ciento de los procesos de paz dirigidos o codirigidos por las Naciones Unidas, su número real siguió siendo bajo, con solo alrededor del 16 por ciento del total de participantes, una proporción que ha disminuido durante dos años consecutivos. Las mujeres estuvieron casi completamente ausentes de muchos otros procesos de paz y conversaciones políticas sobre situaciones que figuraban en la agenda del Consejo de Seguridad, como en Etiopía, Kosovo, Sudán, Myanmar y Libia.
Las recomendaciones adicionales del informe incluyen:
- Invertir 300 millones de dólares en organizaciones de mujeres en situaciones de crisis durante los próximos tres años;
- Establecer metas ambiciosas para la participación directa de las mujeres en las delegaciones y los equipos de negociación, y nombrar a mujeres como mediadoras principales en los procesos de paz;
- Reducir los gastos militares y aumentar la financiación de los esfuerzos de consolidación de la paz de las mujeres, que han demostrado repetidamente ser eficaces y sostenibles;
- Garantizar que las defensoras de los derechos humanos puedan trabajar de forma segura en sus países de origen o reubicarse según sea necesario.