Pensando en convertir el espacio público en un lugar de acogida entre las personas, 24 niños de tres nacionalidades – paraguayos, brasileños y venezolanos – fueron los encargados de idealizar las plazas que quieren en Ciudad del Este y Foz do Iguazú, ciudades que comparten la frontera entre Brasil y Paraguay. Con edades comprendidas entre los 8 y los 13 años, ellos participaron en los talleres de Diseño de Espacios Públicos, promovidos por el proyecto Conexiones Urbanas, una iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat).

Los talleres se realizaron en agosto en la Escuela Nuestra Señora del Huerto y en la Escuela Municipal Olavo Bilac. Los estudiantes diseñaron un modelo defendiendo las intervenciones que querían en los espacios públicos. En octubre, el equipo del proyecto volvió a las escuelas para presentar los proyectos arquitectónicos que recopilan sus propuestas.

Los proyectos fueron entregados a los gobiernos municipales, que serán los encargados de financiar y ejecutar la obra. Para facilitar este puente, los proyectos se desarrollaron en colaboración con la Dirección de Relaciones Internacionales de Ciudad del Este y el Departamento de Planificación y Recaudación de Fondos del Municipio de Foz do Iguazú.

Para la coordinadora local del proyecto, Camilla Almeida, los espacios públicos son estratégicos para el tema de la inmigración, ya que sirven de soporte para diversas manifestaciones y apropiaciones culturales.

“El espacio público puede ser el lugar de acogida e integración de personas de múltiples nacionalidades. ¿Y qué hace que un espacio público sea verdaderamente inclusivo? La participación de la población, que va desde la escucha en actividades participativas, con el objetivo de consolidar el diseño de un espacio, hasta su uso, estimulando actividades que permitan que se produzcan intercambios culturales”, explica.