La Base se conformó a fines del año 2004, en un contexto en el que se habían multiplicado en la Argentina las empresas recuperadas. Con el objetivo de fortalecer estos procesos de autogestión productiva construyeron un primer Fondo Solidario y empezamos a acompañar estas experiencias cooperativas con financiamiento. Con este Fondo hicimos los primeros dos créditos a la Cooperativa Unidos por el Calzado (CUC) y a la Cooperativa Tren Blanco, de recicladores de desechos. Excluidos de las fuentes de financiación tradicionales, las cooperativas de trabajo en Argentina encontraron un apoyo importante en La Base.

Luego de tres años de funcionamiento la organización se consolidó y lograron constituirse como fundación en 2008. Poco tiempo después se sumaron a la gestión de fondos públicos de la Comisión Nacional de Microcrédito (CONAMI), que amplió la capacidad de acompañar a las unidades productivas autogestionadas. Cada año, superan las cantidades de créditos y montos prestados. En los primeros quince años otorgaron más de 1.200 créditos a 208 cooperativas de trabajo, ubicadas mayormente en Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.

Las herramientas de acompañamiento se apoyan en las finanzas solidarias en general, y el mesocrédito en particular; también en las asistencias técnicas y las capacitaciones. El crecimiento de la organización los llevó a compartir esta metodología con otras organizaciones de la economía social, solidaria y popular. En Argentina, extendieron el trabajo a otras localidades de la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza. Además, se construyeron nuevos espacios que replican la experiencia de La Base en Nicaragua (2009) y en Estados Unidos (2011), desde los contextos particulares que ofrece cada territorio.

Una de las organizaciones que acompañó La Base es Muchas Nueces, un nodo cooperativo de producción de obras literarias dirigidas principalmente al público infantil. “Nos ayudaron a organizar un montón de información en base a nuestros números, de cosas que producíamos, pero desconocíamos porque nunca nos poníamos a sistematizarlas. Para explicarle a La Base lo que hacíamos, aprendimos mucho sobre nuestra propia cooperativa”, cuenta Gonzalo Miranda, referente de Muchas Nueces.