El 2018 comenzó con un lema que cada año va cobrando más fuerza y hoy ya es la máxima del movimiento climático global: aumentar la ambición. Y, dentro de este contexto de activismo creciente, la voz cantante del movimiento ya no es únicamente la de los estados nacionales. Hoy día, los llamados Non-Party Stakeholders, actores no estatales y gobiernos locales que no tienen relación directa con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, han demostrado que su capacidad de implementación de acciones climáticas es un factor crucial en la lucha frente al cambio climático. Se trata de instituciones que, a través de acciones concretas realizadas en sus territorios, contribuyen no solo a lograr el cumplimiento de las metas de los Planes Climáticos Nacionales de sus respectivos países, sino también a aumentar la ambición que tanto se necesita.

El pasado 8 de octubre, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, o IPCC, publicó un resumen para responsables de política con un llamado apremiante: “Para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, se necesitarían cambios de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad”. La meta de 1,5 grados centígrados es lo que el IPCC considera como el valor mínimo para asegurar la subsistencia de la civilización más o menos como la conocemos. Sin embargo, los 189 Planes Nacionales Climáticos, o NDC por sus siglas en inglés[1], presentados por las naciones firmantes del Acuerdo de París, en su conjunto, no lograrán cumplir con esta meta que, si antes se consideraba deseable, hoy en día ya no es negociable.

Imagen 1

 

 

Accionando Redes en América Latina

Una reciente investigación[1] realizó una búsqueda de redes de actores no estatales y gobiernos locales que trabajan en temas de cambio climático en América Latina. La iniciativa, llamada Accionando Redes, consistió en un relevamiento de las redes de actores no estatales y de gobiernos locales de toda la región, y a clasificarlas según una serie de criterios: su tamaño, el tipo de acciones que realizan, los sectores en los que trabajan y qué tan alineados están sus esfuerzos con los Planes Nacionales Climáticos de sus países. Accionando Redes registró 85 redes de 25 países de América Latina que están trabajando activamente en acciones de mitigación y adaptación al cambio climático desde sus sectores y en sus territorios.

Pero, ¿por qué poner el foco en las redes y no en las instituciones individuales? Se dice con frecuencia que para actuar frente al cambio climático se requiere del trabajo conjunto de todos los sectores de la sociedad. En este sentido, las redes son una demostración de que esta voluntad de trabajo conjunto, lejos de quedar en un nivel idealista, tiene manifestaciones concretas y medibles. Estas acciones, además, tienen el potencial de ser llevadas a niveles nacional y regional e, incluso, de convertirse en políticas de estado.

Imagen 2

 

Según Jordan Harris, Director Nacional de Adapt Chile y de la Red Chilena de Municipios ante el Cambio Climático, “las redes de actores no estatales, gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil son los agentes implementadores más importantes del Acuerdo de París en América Latina. Ellas impulsan acciones colectivas que en su conjunto significarán la diferencia entre cumplir o no cumplir con las metas establecidas por los Planes Nacionales Climáticos de los países”.

Las redes, en calidad de agentes implementadores, impulsan las acciones climáticas de sus respectivos miembros y los ayudan a sortear las muchas dificultades que enfrentarían si estuvieran solos a la hora de la implementación. Las redes son espacios de socialización del conocimiento y de la experiencia entre todos sus miembros, además de que generan una cohesión entre ellos, consolidando una visión y unos objetivos comunes. Son instrumentos para impulsar acciones colectivas: multiplican el potencial de impacto, reducen costos de transacción y aumentan las oportunidades para obtener recursos y financiamiento. También ayudan a sistematizar las buenas prácticas, a generar, traducir y divulgar conocimiento para ponerlo a disposición de otras organizaciones que puedan replicar los éxitos en sus respectivos territorios.

La casa se construye desde los cimientos

La iniciativa Accionando Redes mostró que seis de cada diez redes relevadas alinean sus acciones con los Planes Nacionales Climáticos de sus países. Este es un hallazgo importante, ya que demuestra que las acciones de los actores no estatales y los gobiernos locales contribuyen directamente al cumplimiento de las metas climáticas a nivel nacional, que a su vez se orientan hacia una meta global. Es decir que el impacto que tienen las acciones territoriales sobre las metas globales es directo y tangible.

Imagen 3

 

Rodrigo Perpétuo, Secretario Ejecutivo de ICLEI America do Sul, Governos Locais Pela Sustentabilidade, afirma que “los gobiernos nacionales deben hacer un reconocimiento político del rol de los gobiernos locales, incluyéndolos en los Planes Nacionales Climáticos; además de que se debe reforzar el compromiso voluntario de los alcaldes con la agenda climática, demostrando que este compromiso va de abajo hasta arriba”. Así, las acciones climáticas a nivel doméstico son el cimiento más firme, no solo para cumplir con el Acuerdo de París, sino también para construir un modelo de sociedad sostenible, resiliente y de bienestar.

Las tres principales áreas de actuación de las redes relevadas son energía, agua y bosques, aunque también hay redes que trabajan en temas de transporte, industria, y residuos, entre otros. Por otro lado, si bien seis de cada diez redes orientan sus acciones de forma directa a las metas de los Planes Nacionales Climáticos de sus países, no todas trabajan directamente en cambio climático. Un ejemplo de esto es el hecho de que cerca de la cuarta parte de las redes encuestadas se dedica a la comunicación y a la producción de conocimiento. Además, también se tocan otros temas que tienen vínculo indirecto con el cambio climático, como la educación y el financiamiento. El cambio climático atraviesa, y es atravesado, directa e indirectamente por una enorme variedad de factores y las redes son el reflejo de ese impacto transversal.

 

Imagen 4

 

Palos en la rueda

Si bien las redes climáticas en América Latina son organizaciones que facilitan e impulsan la implementación de la acción climática en la región, todavía enfrentan muchas barreras que restringen su accionar y limitan su alcance. Las redes encuestadas identificaron cuatro dificultades principales para el desarrollo efectivo de su trabajo. Y las dos primeras tienen que ver con el financiamiento. En efecto, tres de cada diez redes encuentran problemas a la hora de obtener financiamiento para sostener su propio funcionamiento y dos de cada diez sufren trabas para obtener recursos para las acciones de los miembros.

A su vez, una tercera problemática, que tiene relación con las dos primeras, es que el funcionamiento de las redes depende en gran medida del trabajo voluntario. De personas que invierten su tiempo y sus esfuerzos motivadas por su propia convicción. Es cierto que este hecho singular es un problema, ya que el trabajo voluntario tiene grandes limitaciones, sobre todo en cuanto al tiempo que las personas le pueden dedicar y a los alcances de su accionar. Sin embargo, es también una muestra de la voluntad que existe en la región de construir una sociedad de bienestar y un modelo de desarrollo que esté en armonía con la naturaleza.

Finalmente, un cuarto problema identificado por las redes encuestadas tiene que ver con la falta de un diálogo fluido, a veces entre sí y otras veces con los gobiernos nacionales. Para Sandra Guzmán, Coordinadora de GFLAC, el Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe, “es clave que las redes se articulen, y aunque trabajen en diversos temas, es necesaria la comunicación para asegurar que estamos llegando a donde tenemos que llegar y que somos efectivos. Aun uniendo todos los esfuerzos seguiremos estando pequeños frente el cambio climático, pero no articularnos nos llevará a no alcanzar los objetivos comunes”.

Un nuevo horizonte

Desde la firma del Acuerdo de París hasta la fecha, la respuesta a la pregunta sobre cómo se logrará alcanzar el objetivo climático global se ha ido delineando cada vez con mayor precisión. Los actores no estatales y los gobiernos locales han demostrado que tienen un rol central en esa respuesta y por eso se han generado nuevos espacios de encuentro con miras a la articulación. El 2018 los tuvo como protagonistas de las diversas Semanas del Clima, eventos regionales organizados por la Convención Marco a modo de instancias previas a la Conferencia de las Partes, que a su vez derivaron en la Cumbre Global de Acción Climática. Este encuentro internacional, llevado a cabo en San Francisco, California, puso en un lugar central a los actores no estatales y los gobiernos locales: sus fortalezas, su potencial y la necesidad de generar vínculos fuertes entre ellos y los gobiernos, para traducir la nueva ambición en una verdadera transformación.

 

Imagen 5

 

 

Imagen 6

 

 

Resulta emblemático que la Cumbre Global de Acción Climática se haya llevado a cabo en Estados Unidos, país cuya administración decidió abandonar el Acuerdo de París en el 2017. Es emblemático, no solo por el peso de los Estados Unidos a nivel económico y de generación de emisiones, sino porque refleja el aspecto más crítico del vínculo entre los estados nacionales y los actores no estatales junto con los gobiernos locales. En este sentido, el movimiento We Are Still In es una muestra más de que la acción de actores no estatales y gobiernos locales va más allá de las voluntades nacionales y es capaz de generar aportes invaluables con miras a cumplir el Acuerdo de París.

Un momento histórico como este no da lugar a dudas ni a flaquezas. El reciente informe del IPCC ha advertido sobre los riesgos de continuar con el nivel de emisiones actual: la seguridad alimentaria, la salud, el abastecimiento de agua, la infraestructura, todo queda en entredicho ante la amenaza del aumento global de la temperatura. Por eso, el llamado a la acción es urgente: los objetivos están claros y el camino para cumplirlos está en buena medida trazado. ¿Se alcanzará entonces el nivel de sinergia necesario para lograr la transformación que el mundo demanda?

Solo el tiempo dará respuesta a esa pregunta. Todavía queda mucho camino por delante en la construcción de procesos colaborativos que permitan implementar acciones climáticas en los niveles que se requiere. Sin embargo, esos procesos ya están en marcha y el mundo está a tiempo de revertir la amenaza. El cambio climático es también una oportunidad para generar un nuevo modelo de desarrollo que sea verdaderamente sostenible y las sociedades son cada vez más conscientes de ello. La demanda crece a la par de la urgencia y cabe redoblar los esfuerzos para obtener resultados. Hoy día, tenemos el reto de generar procesos colaborativos cada vez más robustos que permitan cumplir con esa meta que todavía está ahí, al alcance de nuestras manos, emergiendo con claridad, como el sol en el horizonte.

 

 

[1] “Plan Nacional Climático” se utiliza aquí como expresión equivalente a NDC (National Determined Contribution, según la terminología de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).

[2] Accionando Redes es una iniciativa de Fundación Avina, Climate Action Network (CAN) y CAN-LA, con el apoyo de Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Observatorio Do Clima, Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC), Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC), Plataforma LEDS-LAC, Governos Locais pela Sustentabilidade (ICLEI), Red Chilena de Municipios ante el Cambio Climático, Adapt Chile, Plataforma de Innovación con Sentido, Gran Chaco Proadapt, AIDA, Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Austral de Chile, Institute of the Americas, Galvanizing the Groundswell of Climate Action y The German Development Institute / Das Deutsche Institut für Entwicklungspolitik (DIE).

 

FUENTES:

IMAGEN 1: Gases de Efecto Invernadero globales bajo diferentes escenarios y la brecha de emisiones en el 2030.

Fuente: The Emissions Gap Report 2017 (UN Environment, 2017)

Nombre del archivo: unep_emissions_gap_trajectories_ESP

IMAGEN 2: Redes por ubicación, tamaño, vínculo con NDC y presencia.

Fuente: http://test.soviet.com.ar/avina/

Nombre del archivo: Accionando Redes_01

IMAGEN 3: Vinculación con NDC, resultados e impacto.

Fuente: http://test.soviet.com.ar/avina/

Nombre del archivo: Accionando Redes_02

IMAGEN 4: Áreas y priorización del accionar.

Fuente: http://test.soviet.com.ar/avina/

Nombre del archivo: Accionando Redes_03

IMAGEN 5: Tipos de actores líderes en acción climática.

Fuente: Yearbook of global climate action 2017: https://unfccc.int/tools/GCA_Yearbook/GCA_Yearbook2017.pdf

Nombre del archivo: Non Party Stakeholders_01

IMAGEN 6: Tipos de actores involucrados en acción climática.

Fuente: Yearbook of global climate action 2017: https://unfccc.int/tools/GCA_Yearbook/GCA_Yearbook2017.pdf

Nombre del archivo: Non Party Stakeholders_02

Accionando Redes: https://actionlac.net/accionando-redes/

Resultados de Accionando Redes (versión preliminar): http://test.soviet.com.ar/avina/

Plataforma NAZCA: http://climateaction.unfccc.int/

https://unfccc.int/resource/docs/2015/cop21/eng/10a01.pdf

Yearbook of global climate action 2017: https://unfccc.int/tools/GCA_Yearbook/GCA_Yearbook2017.pdf

https://unfccc.int/process/parties-non-party-stakeholders/non-party-stakeholders/statistics-on-participation-and-in-session-engagement