Entrevista a Celso Padilla Mercado, dirigente guaraní

Celso Padilla Mercado es dirigente del Consejo Continental de la Nación Guaraní. Este movimiento nació en el 2010 como respuesta a la necesidad de los indígenas guaraníes de articularse en torno a la defensa de sus derechos y sus territorios. Antes, explica Celso Padilla, las agendas para la región del Gran Chaco se definía en encuentros de los que solo participaban los estados de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Los pueblos guaraníes de la región quedaban excluidos de la toma de decisiones que los afectaban de forma directa. Así, en el 2010 se llevó a cabo el primer Encuentro Continental, en Asunción, Paraguay, que reunió a 500 representantes de 32 pueblos guaraníes. El resultado de este encuentro fue la creación del Consejo Continental de la Nación Guaraní.

El Consejo acordó trabajar en torno a cuatro ejes fundamentales: articulación social, cultural, política y económica; libre tránsito para los guaraníes y reconocimiento de los títulos de educación superior en Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay; reconstitución territorial con la recuperación, seguridad jurídica y autonomía para los territorios que les fueron despojados y defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

Celso Padilla estuvo presente en el IV Encuentro Mundial del Gran Chaco como representante del Consejo Continental y fue uno de los oradores que abrieron el Encuentro, que tuvo lugar los días 15 y 16 de octubre en la ciudad de Salta, Argentina. Y este es su mensaje, y el de los pueblos guaraníes, al Gran Chaco y al mundo.

¿Cómo impacta el cambio climático en las comunidades indígenas del Gran Chaco?

En el Gran Chaco Sudamericano, los gobiernos de turno están permitiendo mucho la explotación de los recursos naturales. En Bolivia, por ejemplo, es el saqueo de los hidrocarburos, vale decir, el gas, el petróleo. Pero, además, eso tiene que ver con la gran deforestación de los bosques. ¿Y cuáles serían los impactos directos para los pueblos indígenas? Es que los pueblos indígenas estamos en el Chaco boliviano. Todos estamos sobre los recursos naturales. Al explotar los recursos naturales nos están afectando directamente en el territorio en donde vivimos.

¿Cómo contribuyen los pueblos indígenas en la conservación de los ecosistemas?

Está comprobado a través de estudios científicos a nivel del mundo que los pueblos indígenas somos los guardianes de la naturaleza desde tiempos milenarios. La naturaleza también es un ser vivo. Tiene derecho a la vida igual que nosotros, los pueblos indígenas. Y nosotros resguardamos esa vida de la naturaleza. Muchos nos dicen que los pueblos indígenas somos selváticos, ¿no? Que somos bárbaros. Yo creo que está mal ese concepto. Los bárbaros son los que destruyen la selva. Nosotros hacemos lo contrario: vivimos con la naturaleza y protegemos a la naturaleza, cuidamos a la naturaleza, porque es parte de nuestra vida. Está claro que nosotros vamos a seguir manteniendo el orden territorial también cuidando lo que es la jarýi, nuestra abuela. Nosotros le denominamos abuela que da la vida, porque nosotros conseguimos el alimento en la naturaleza. Como un supermercado, recolectamos la fruta que nos alimenta. Hay muchos alimentos en la naturaleza, en los bosques. Además, la naturaleza es como una farmacia, porque nos da toda la medicina que nosotros usamos para curar todo tipo de enfermedades.

Por ello es que nosotros cuidamos la naturaleza, pero eso es lo que no entienden los gobiernos de turno. Ellos solamente convierten a la naturaleza en un espacio de explotación de los recursos naturales, pese a que en Bolivia, por ejemplo, hay leyes sobre la Madre Tierra. Pero también hay otras leyes que las contradicen y que hacen todo lo contrario, como por ejemplo la que permite la ampliación de la frontera agrícola, que establece hacer un desmonte de más de un millón de hectáreas por año. Eso va totalmente en contra del cuidado de la Madre Tierra; entonces, los gobiernos están totalmente fuera de lugar, fuera de contexto, no saben lo que dicen ni lo que hacen. Dicen una cosa y hacen otra cosa y eso a nosotros nos molesta.

¿Cuál es el problema de fondo? ¿Es que no entienden o no quieren entender?

No quieren entender porque no les conviene. Resulta que, por ejemplo, el presidente del Banco Mundial tiene una determinación: dice que es mejor asesinar a los pueblos indígenas para poder hacer desarrollo a través de las hidroeléctricas[1]. ¿Qué significa que un presidente del Banco Mundial que integra a más de 180 países del mundo diga algo así? Significa que cualquiera que se oponga al desarrollo a través de la hidroeléctrica, más fácil es matarlo antes que hacer consulta en su territorio. Y esto tiene que ver con la complicidad de los Estados, tanto el estado de Argentina, el de Paraguay y también el de Bolivia. ¿Por qué? Porque ellos dependen del Banco Mundial, porque ellos negocian nuestro territorio sin tomar en cuenta a los pueblos indígenas. ¿Dónde es que se invierten sus recursos económicos? Es sobre los territorios indígenas.

Yo creo que los gobiernos de cada país ya no tienen control sobre los territorios, porque hay un contrato superior a la política en cada país. Por eso es que ya no se permite hacer la consulta y los proyectos se imponen por la fuerza: lo hacen a través de los policías, a través de los militares, judicializando a los dirigentes que se oponen a los proyectos y que piden la consulta, haciendo ver que nosotros somos oponentes al desarrollo económico de cada país, cuando no es así. Nosotros no nos oponemos al desarrollo de cada país, sino que ellos deben respetarnos porque nosotros vivimos en esos territorios y ellos están obligados a respetarnos. La recomendación de las Naciones Unidas que integra a más de 195 países es que los Estados cumplan con los derechos de los pueblos indígenas, que la consulta es obligatoria y que tiene que hacerse a los pueblos indígenas en su territorio. Pero esto no se está cumpliendo: falta aplicar las leyes nacionales y las leyes internacionales.

¿La población urbana está sensibilizada con la problemática indígena?

Hoy en día solo nosotros hemos visto a los ambientalistas, a los activistas que están organizados en cada país. Ellos están con nosotros, están pidiendo a gritos a los gobiernos que cumplan con la protección de la naturaleza y muchos de ellos han sido judicializados y otros asesinados. En realidad, los gobiernos se han vuelto sordos, se han vuelto mudos, se han vuelto ciegos, porque ellos no quieren ver la realidad. Por eso yo quiero referirme más concretamente a que los gobiernos deben tener conciencia, que los gobiernos deben tomar en cuenta que ellos están actuando con maldad contra sus propios hijos, porque ellos son los padres de la patria y están permitiendo que extranjeros vengan a explotarnos en nuestro propio territorio. Muchos de los pueblos indígenas están siendo inquilinos en su propia tierra, los están convirtiendo en peones. Ahora los nuevos patrones son las empresas transnacionales. Hace veinte años atrás eran los hacendados, los ganaderos, los terratenientes, ellos eran los que explotaban a los pueblos indígenas. Pero ahora ya son las empresas transnacionales y eso es mucho más peligroso porque ellos están asociados con el gobierno. No hay quien nos garantice el derecho de propiedad colectiva de nuestra comunidad, porque los gobiernos están siendo socios de las empresas transnacionales para explotar los recursos naturales en nuestro territorio. Hay grandes consecuencias: hay muchos sectores sociales que sí comparten y están de acuerdo con nuestra política, pero los que no están de acuerdo y no aceptan son los gobiernos de turno.

¿Ustedes se reúnen con gobiernos de turno?

En los últimos tiempos ha estado un poco difícil dialogar con los gobiernos. Hace unos cinco años atrás hemos tenido la posibilidad de hablar con ellos para presentar nuestros problemas, sin embargo, después ya se empeoró la situación porque nosotros hemos visto de que las muchas cosas que nos han prometido no las han cumplido y por eso nosotros hemos roto el diálogo. Si no cumplen con sus compromisos, no cumplen con los convenios y los acuerdos, no se puede trabajar, no podemos nosotros llegar a convalidar lo que ellos plantean. Para conseguir sus planes ellos ofrecen una cosa y después terminan haciendo otra cosa, que es explotar los recursos naturales y además seguir afectando los derechos de los pueblos indígenas.

¿Ve usted que haya algún avance sobre sus planteos a la luz de encuentros como este, en el que se abre un espacio de diálogo entre los distintos actores del Gran Chaco?

Los gobiernos actualmente tienen un discurso demagógico. Un discurso solamente para salir de ocasión, o sea un discurso para actos importantes y nada más. Hacen promesas y luego se olvidan. Pero yo quiero rescatar un poco lo que dijo el gobernador Urtubey de Salta. Él dice que es necesario que los gobiernos agenden los trabajos que se vienen haciendo a través de estos encuentros para que sean una prioridad. Además, dice que las obras de infraestructura que se pretenden hacer en las cuencas de los ríos no van a ser una solución y que se debe buscar una política más apropiada, hablando con los pueblos indígenas que viven allá para construir un modelo económico apropiado a la visión de la producción. Esto es lo que nosotros queremos. Pero quiero terminar diciendo: que no sea solamente un discurso de pasada. Que no sea un saludo a la bandera. Nosotros queremos hechos y no palabras.

[1] Padilla se refiere a las declaraciones de Jim Yong Kim en el 2016 sobre el asesinato de la líder indígena hondureña Berta Cáceres. https://wrm.org.uy/es/acciones-y-campanas/correspondencia-con-el-banco-mundial-respecto-de-berta-caceres-y-las-grandes-represas/. El Banco Mundial ha desmentido esta interpretación que hicieron muchas organizaciones sobre los dichos de Kim: https://es.mongabay.com/2016/05/banco-mundial-califica-distorsionada-la-version-la-sociedad-civil-comentarios-presidente/