“Movilizar las finanzas” es uno de los cuatro objetivos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tiene lugar en Glasgow (COP26). Con este marco y en el octavo Día Internacional de la Banca en Valores se promueve una campaña que fomenta el uso consciente del dinero como catalizador de un cambio positivo, arraigado y duradero.
Los 67 bancos que conforman la Alianza Global para la Banca con Valores (GABV), una red de las principales entidades financieras basadas en valores del mundo, cuentan con experiencia sobre cómo convertir las finanzas en aliadas de una economía baja en carbono en la práctica. Durante décadas, han ofrecido un enfoque centrado en la prosperidad de las personas y en equilibrio con el entorno. Con el respaldo de millones de clientes en todo el mundo, brindan una visión positiva de cómo integrar banca y economía circular. En los últimos diez años, los bancos basados en valores prestaron un 30% más de sus activos totales a la economía real que los bancos más grandes del mundo, según la última edición de un estudio anual realizado por la Alianza Global para una Banca con Valores (GABV).
“Nos hemos dado cuenta de que en Latinoamérica muchas veces se reduce el concepto de inclusión financiera al hecho de brindar el primer crédito a una persona. Pero para la banca con valores la inclusión financiera va mucho más allá que eso. Es fundamental que las Instituciones financieras de nuestra región se propongan apoyar a las personas de manera integral, de forma tal que no caigan en el sobreendeudamiento, que se sumen a actividades productivas que aporten a la calidad de vida de sus familias y al sano desarrollo de sus comunidades y que tengan acceso a educación y a sumar conciencia para que las actividades en las que se involucren no impacten de manera negativa a nuestra casa común que es el Planeta”, reflexiona Juan Pablo Meza, representante de la GABV para América Latina.
Durante demasiado tiempo, el dinero ha sido el combustible de una economía lineal. Ha financiado la extracción de recursos naturales irreemplazables y se ha destinado a una fabricación de bienes que contamina y que, en demasiadas ocasiones, termina creando montañas de desechos. Todo desde una lógica maximizadora de beneficios que se apoya con frecuencia en condiciones laborales injustas para producir bienes baratos.
El dinero tiene el potencial de promover productos sostenibles y de fabricación justa a partir de recursos renovables. Por ejemplo, las inversiones en energía eólica proporcionan un recurso renovable típico de una economía de circuito cerrado que evita usar carbón o petróleo, combustibles fósiles finitos y contaminantes característicos de una economía lineal. Es clave que las instituciones financieras dejen de financiar combustibles fósiles, trabajen con sus clientes para reducir sus emisiones y tomen decisiones positivas para financiar empresas que ayuden a lograr una economía baja en carbono.
Sitio de la campaña: https://www.bankingonvaluesday.com/